Los Videos de Peter!

24 septiembre 2007

Jose Gonzales



Argentinos hay en todo (o en casi todo) el mundo y, sin dudas, cuando arriban noticias relacionadas con el logro de algún compatriota, ya sea en el campo de la ciencia, el deporte o el arte, es normal sentir orgullo y satisfacción. Pero que un músico sueco, hijo de argentinos, se ubique con su álbum debut, Veneer, entre los más vendedores y adorados de la prensa especializada europea no es algo de todos los días. ¿De quién se trata?

Nacido en Gothenburg, Suecia, en 1978, José González creció en un hogar donde la música siempre estuvo presente. Las influencias de la música latinoamericana heredadas de sus padres argentinos convivieron armoniosamente con los éxitos del pop y el rock inglés y norteamericano, y esa amplia y variada información musical forjó, desde pequeño, el camino a seguir por José. “En casa había una guitarra con la que solía jugar”, rememora González en una entrevista publicada en Internet. “En una oportunidad, mi padre me dio un enorme libro amarillo con acordes de Los Beatles y de otros éxitos de la bossa nova. Me pasé todo el verano sacando temas. Y así fue como aprendí lo básico”.

Tras estos primeros pasos, José encontró su propia senda, inicialmente tocando el bajo en una banda punk, antes de flirtear con el hardcore y el indie rock. Aunque esto de saltar de un género a otro, finalmente lo devolvió a la guitarra clásica, y, luego de una serie de lecciones de flamenco, a la génesis de su personal estilo. “Quiero que la guitarra sea algo más que un instrumento”, confesó. “Durante bastante tiempo toqué música clásica tanto como flamenco. El flamenco es especial en su toque y en su ritmo, a pesar de una cierta monotonía. Mi manera de tocar la guitarra es una mezcla de todo eso: bossa nova, Beatles, flamenco y clásico”.

Vocalmente, admite la influencia del tono intimista de nombres de la talla de Chet Baker, Elliott Smith y Geoff Farina y reconoce, con satisfacción, el efecto positivo que en su música le ha dado el escuchar a artistas como Cat Power, Tortoise y Joy Division.

Con todo este bagaje musical encima, José debutó en el 2003 con el simple “Crosses”. El suceso en Suecia y en los otros países escandinavos pronto se trasladó a Inglaterra, donde un sello independiente londinense, Peacefrog, lanzó un EP de cuatro temas (también titulado Crosses) a modo de presentación. Corría febrero de 2005 y la prensa especializada ya daba muestras de veneración hacia el músico sueco argentino. De todos modos, la conquista definitiva de público y crítica se dio a través de Veneer, su álbum debut como solista que salió disparado al Top Ten británico. Sus continuas apariciones en diversas radios inglesas ofreciendo entrevistas y mini recitales exclusivos le permitieron acercarse a una enorme cantidad de público, al punto tal que “Heartbeats” (primer corte del álbum que en realidad es un cover de The Knife, una banda sueca) ha sido utilizado para musicalizar el último comercial de Sony para su producto Bravia.

La pregunta que cae de maduro sería entonces ¿qué tiene la música de José González para fascinar de tal manera? Respuesta: el encanto de la sencillez y la intimidad. Apelando solamente a una guitarra clásica y a una cautivante voz – mezcla de Joao Gilberto con Paul Simon -, la música de José es tan económica como seductora; desolada pero tremendamente melodiosa, con letras confesionales, provocativas y todas cantadas en un perfecto inglés.
Grabados en su propia casa con un equipamiento básico, los once temas que componen Veneer aúnan la sofisticada pasión latina (tonalidades que van del tropicalismo brasilero a Silvio Rodríguez y la llamada Nueva Trova Cubana pasando por el tango argentino) con momentos intensos y luminosos al estilo de Nick Drake, Will Oldham y Tim Buckley. Esta suma de elementos tan eclécticos hacen de José González un artista único, emocional y diferente a todo lo conocido en el firmamento de los cantautores. Y eso es precisamente lo que conquistó al público del Viejo Continente.

Mientras algunos medios europeos calificaron a Veneer como “la banda sonora ideal para la primavera boreal”, José emprendió una gira que comenzó en Inglaterra e Irlanda y le permitirá llevar su sutil repertorio también por el resto de Europa, Estados Unidos y Australia durante todo 2006. Otros datos que dan cuenta de su ascendente presente lo constituyen el puesto número uno logrado por el hit “Heartbeats” en el ranking de ringtones británicos, su aparición en el legendario programa televisivo Top Of The Pops de la BBC londinense en enero y, un mes después, ser objeto de un documental del Channel 4 titulado “Orchestra of One”. Como si todo esto no fuera suficiente, en paralelo con su carrera solista, González ultima detalles para la grabación de un álbum con su otro proyecto: el grupo Junip.

A pesar de que el álbum aún no ha sido editado en nuestro país, se puede tener un acercamiento a sus canciones visitando su página web oficial (www.jose-gonzalez.com), donde, siempre teniendo en cuenta sus señas particulares respectivas, González podría ser ubicado en las mismas coordenadas musicales que transitan artistas más conocidos para nosotros como Kevin Johansen, Jorge Drexler y Paulinho Moska.

Más allá de las distancias y de que todavía por estas pampas el nombre de José González es el de un perfecto desconocido (“nadie es profeta en su tierra”, reza el refrán), enterarse de todo lo bueno que le está pasando a un músico con sangre argentina en el competitivo y difícil mundillo pop internacional no es un dato para pasar por alto.

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