Los Videos de Peter!

23 agosto 2008

Michael McDonald


Michael McDonald nació el 12 de febrero de 1952 en St. Louis, Missouri. Es un cantante de R&By soul.

McDonald tocó en multiples bandas (como Mike and the Majestics, Jerry Jay and the Sheratons, the Reebtoors y The Guild) en su pueblo natal Ferguson, Missouri, un suburbio de St. Louis. Fue descubierto cuando hacía parte de un grupo llamado Blue y en consecuencia se mudó a Los Angeles en 1970. Inicialmente fue conocido como miembro ocasional de Steely Dan, poniendo la voz en Katy Lied y en subsiguientes albums como The Royal Scam y Aja.

McDonald se unió a los The Doobie Brothers en Abril de 1975 cuando su voz líder Tom Johnston enfermó durante una gira nacional. Como miembro de los Doobies, grabó canciones como "Takin' It To The Streets," "Little Darling," "It Keeps You Runnin'" (usada en la película Forrest Gump), "Minute by Minute" y "What a Fool Believes" (que llegó al número uno en Estados Unidos y por la cual ganó un premio Grammy en 1980 en la categoría de canción del año).

Despues de la separación de los Doobies, McDonald continuó su carrera en solitario con éxitos como:

- "I Keep Forgettin'", un duo con su hermana Maureen, despues usado en 1994 por Warren G y en 2005 por Papoose.
- "Sweet Freedom", csnción de la película de 1986 llamada Running Scared
- "Take It To Heart"
- "Yah Mo B There", a duo con James Ingram con la cual ganó el Grammy en 1985
- "On My Own", con Patti Labelle. llegó al número 1 en listas de Estados Unidos en 1986

McDonald ha producido y ha aparecido en grabaciones de otros artistas como su esposa Amy Holland, Christopher Cross y Bonnie Raitt. McDonald es el co-fundador del sello independiente Ramp Records junto a Chris Pelonis y el actor Jeff Bridges. En la actualidad se ha centrado en albums de tributo al sonido Motown.

En 2003 McDonald recibió una estrella en el Paseo de la Fama de St. Louis.

Pagina: http://michaelmcdonald.com/

20 agosto 2008

Janiva Magness


Ganadora del Blues Music Award a la “Mejor interprete femenina de Blues contemporáneo” en 2006 y 2007 (categoría en la que ya fue nominada en 2004 y 2005), aclamada por crítica y público, elogiada por compañeros de gremio y con su último disco “Do I Move You?” siendo el más radiado por las emisoras especializadas de 2006 segun la revista “Living Blues”, está claro que Janiva Magness es un valor que cotiza al alza, gracias a su principal activo: su voz.
Y es que la voz de Janiva, impacta por la cantidad de matices que atesora y especialmente, por cierto deje “canalla” que aporta una sensualidad apenas disimulada pero magistralmente contenida, que dota al conjunto de una fuerza y emotividad, rebosantes de elegancia. Una voz seductora y sugerente si…pero también descarnada, conmovedora o exultante, según el tema lo requiera. En palabras de Charlie Musselwhite “siempre me impresiona porque es capaz de desenvolverse con soltura en cualquier estilo, eligiendo cada nota y cantándola exactamente en cada momento, de forma perfecta”. Y si Charlie lo dice…yo solo puedo añadir que escuchar a la Magness, suele dejarme más suave que el guante que se quitó Gilda.

Sin embargo, Janiva Magness no es ninguna recién llegada a este negocio. Su carrera profesional abarca más de dos décadas y es toda una veterana en el área de L.A. Pero sobre todo, es un ejemplo de mujer luchadora que supo sobreponerse a las zancadillas del destino y que encontró en el Blues, su tabla de salvación. De su historia proviene su fuerza…y de su fuerza, su arte.
Nacida a finales de la década de los 50 en Detroit en el seno de la típica familia americana de clase media, fue educada junto a sus 4 hermanos en los conservadores valores tradicionales de la época, poco propensos a que se hablara de ciertas cosas. La música no obstante, fue algo con lo que convivió desde siempre, ya que sus padres eran grandes aficionados (de hecho, ambos se conocieron cuando el grupo vocal amateur en el que cantaba él, visitó el estudio radiofónico en el que trabajaba ella) e inconscientemente fue absorbiendo el Country & Western que constituía el grueso de la discoteca paterna, además del Rock & Roll y del Rythm & Blues que emitían las emisoras de la zona. Sin embargo, su “encontronazo” con el Blues no se produjo hasta más adelante y se dió en circunstancias totalmente diferentes.Una noche, pocos días después de cumplir 13 años, su madre decidió acabar con su vida tomando una buena dosis de somníferos y echándose a dormir en el garaje, junto al tubo de escape de un motor en marcha. Ella culpó a su padre de lo sucedido y este, consumido por el dolor y los remordimientos, se desentendió de todo. Sus hermanos mayores fueron marchándose de casa uno a uno y sólo quedó el pequeño, que con tan sólo 5 años, apenas comprendía. “Comencé a consumir alcohol y drogas justo entonces” cuenta Janiva en una reciente entrevista “cuando estaba borracha o colocada, esa desagradable sensación que me atormentaba, parecía desaparecer, al menos temporalmente”.
Unos meses después escapa de casa intentando huir de aquel desastre; le acompaña un novio suyo de entonces, que se dedica al trapicheo a pequeña escala. Durante los siguientes 6 meses andarán de acá para allá, malviviendo en las calles la mayor parte del tiempo. Un día de aquellos, encontrándose en las cercanías de Minneapolis, Janiva decide hacer autostop hasta la ciudad. Esa noche actúa allí un bluesman al que apenas conoce, pero algo le impulsa a asistir al concierto. Cuando llega al garito en cuestión, los 2 $ que paga le permiten franquear la puerta, a pesar de sus 14 años. Lo que allí encuentra, es mucho más de lo que espera: “La música me hizo sentir cosas que nunca antes había sentido (…) Me hizo descubrir partes de mi cuerpo que desconocía y sentí que respiraba oxigeno, por primera vez en mucho tiempo”. El autor del milagro, no es otro que Otis Rush. Desde ese momento, cantar su Blues es de las pocas cosas agradables que Janiva puede hacer en la vida…porque la situación todavía ha de empeorar.
Tras un intento fallido de reconciliación con su padre (la mujer con la que este convive, la pone de patitas en la calle “por ser una mala influencia para sus hijos”), pasa por una docena de hogares de acogida y tres instituciones psiquiátricas en dos años, en los que intenta suicidarse más de una vez: “Creía que era la única forma de que todo el dolor, la rabia y la tristeza que sentía, desaparecieran para siempre”.
Tres años después del suicidio de su madre, su padre sigue el mismo camino. Ella recibe la noticia casi al mismo tiempo que descubre su embarazo y esto acaba por desquiciarla. Tras dos nuevos intentos de suidicio, el Estado se hace cargo de ella y la ingresa en un centro de menores. Ha tocado fondo y eso tiene algo bueno: más bajo no puede caer.
Del centro de menores pasa a un nuevo hogar de acogida, donde esta vez convive con una mujer divorciada y sus 5 hijos. Allí, por fin encontrará el cariño y apoyo que tanto necesita: “Se convirtió en mi mentora y salvación. Fue mi consejera para que abandonara las drogas y el alcohol, al tiempo que me ayudó a convertirme en una persona adulta y me enseñó a tener sueños de nuevo. Con su amor y su ayuda, finalmente comprendí que no tenía por qué seguir el camino de mis padres”. La nueva Janiva, sobria y decidida a superar la adversidad, logra que se la declare “menor emancipada bajo supervisión” y alquila un apartamento que paga con lo que gana limpiando casas y oficinas. Pero al nacer su hija, la situación se hace insostenible y se ve obligada a dejarla en adopción cuando esta tiene 4 meses. Este duro golpe la sume nuevamente en la depresión…pero esta vez se mantiene serena y lucha para superar la adversidad. Un par de años después, ya cumplidos los 18, su situación es lo suficientemente estable como para que al fin se plantee perseguir uno de sus sueños: trabajar en algo relacionado con la música. Así que se matricula en un curso de técnicos de sonido y al poco tiempo, está realizando prácticas en un estudio de Saint Paul, Minnesotta. Una noche en que trabaja en unas demos de R&B, recibe la llamada de uno de sus jefes: “Te necesitamos para unos coros…ven aqui inmediatamente o no te molestes en volver mañana” . Está aterrorizada pero la orden no deja lugar a la duda, así que obedece y graba los coros como mejor sabe. El resultado es plenamente satisfactorio y Janiva al escucharse, comienza a creer en sus posibilidades.

De audición en audición y de garito en garito, empieza a conseguir algunas actuaciones en el triángulo Detroit-Chicago-Minneapolis. En su afán de impregnarse del Blues y R&B, se queda enganchada con Albert Collins y Johnny Copeland. Descubre a Elmore James, Koko Taylor, Etta James, Sugar Pie DeSanto, JB Lenoir…Cada vez con más frecuencia, participa como vocalista de apoyo y hace coros en diversas grabaciones de R&B y Funk, colaborando incluso con miembros del macrogrupo Sounds of Blackness.
Confiada en sus posibilidades, decide marchar a Arizona a comienzos de los 80 y se instala en Phoenix, donde conoce a Bob Tate (quien había trabajado con Sam Cooke) que se convierte en su manager y forma un grupo denominado “Janiva Magness & the Mojomatics”, aunque pronto se les conocerá como “The Town´s Best Blues Band”. En este conjunto gana aplomo y adquiere “tablas” suficientes para dar el gran salto. En 1986 se traslada a Los Angeles y entra en contacto con la bulliciosa escena local. Poco a poco se va haciendo un nombre en los clubes de la zona, actuando en formato de dúo/trío acústico. Esto le llevará, a principios de los 90, a conocer al que será su marido, el compositor y multi-instrumentista Jeff “Big Daddy” Turmes, así como a otros músicos del gremio como Junior Watson, Kid Ramos, Enrico Crivellaro, Red Young y un largo etcétera, con los que habitualmente colaborará a partir de entonces. Y como no podía ser de otra manera, frecuentar estas compañías la lleva por fin a iniciar una carrera discográfica. Ya en 1995 aparece en el disco de Kid Ramos, “Two Hands & One Heart”, cantando dos temas donde demuestra su poderío y hace empalidecer al otro vocalista del disco, Lynwood Slim.
De su primer trabajo, editado en 1997 por el pequeño sello “Fat Head” y titulado “It Takes One To Know One”, poco se puede decir, salvo que es difícil de conseguir si no es pagando un “precio de coleccionista” que las reseñas consultadas desaconsejan abonar. Publicado como Janiva Magness & Jeff Turmes, contiene 13 originales de este, en los que Janiva canta 9 temas. R&B ligero, canciones pegadizas cercanas al pop, acercamientos al Folk y poco Blues, conforman un disco en el que apenas brillan colaboradores de la talla de Jr. Watson y Kid Ramos. Sin embargo, el disco sirve para demostrar una cosa: ella brilla más, cuanto más cerca del Blues se mueva el tema.
Y esto se nota en su segundo disco, “My bad luck soul”, editado por “Blues Leaf” ya como The Janiva Magness Band . Además de algún original de Turmes cantado por él mismo, se atacan versiones de BB King, JB Lenoir, Memphis Minnie, Sugar Pie DeSanto e incluso Billie Holliday, con un tratamiento mucho más Blues al estilo West Coast, prácticamente Jump en algun caso y cercano al Jazz vocal femenino en ocasiones (Billie´s Blues). En este contexto, destacan las intervenciones guitarrísticas de Enrico Crivellaro y Kid Ramos (en tres temas), el trabajo pianístico de Karen Hammack y sobre todo Red Young y los toques de saxo del propio Jeff Turmes, que también se encarga del bajo y guitarra (en tres temas). Este trabajo, visto con la perspectiva que dan sus discos posteriores, demuestra que Janiva se desenvuelve como pez en el agua en estos palos, aunque todavía no alcance las cotas de intensidad que estan por venir con sus siguientes dos discos, también para “Blues Leaf”.
“Blues Ain´t Pretty” (2001) profundiza aún más en su vena bluesera, lo que le permite desplegar su amplia batería de recursos para llevarnos justo ahí donde ella quiere llevarnos y nosotros, gustosos, nos dejamos llevar. Tres originales de Jeff Turmes, incluidas las excelentes “Makin´money” y “The more I keep on loosin´”, más una serie de covers de Ruth Brown, James Brown, Brook Benton, Percy Myfield & Ray Charles, entre las que destaca la desgarradora “St. Gabriel”, un Blues original de Marcia Ball, inspirado en la única prisión de alta seguridad para mujeres de Louisiana y en el que Janiva canta con una intensidad abrumadora, remarcada por unas intervenciones guitarrísticas que erizan el vello de la nuca. Sin embargo, y es apreciación personal, este es un disco que rebosa optimismo y vitalidad gracias a temas como “Act Right”, “I´m gonna play the Honky Tonks”, “Tell me what I did wrong”, “Heartbreaker”… Y de la banda, pues qué decir: Kirk Fletcher sobresaliente al igual que Kid Ramos con las guitarras, soberbio Red Young tanto al piano como al Hammond, Jeff Turmes haciendo doblete con el bajo y los saxos, ayudado en este capítulo por Steve Marsh y finalmente, David Kida a la batería, como tiene que estar un batería.
“Use what you got” (2003) supone una continuación por ese camino. Nuevamente una combinación de temas compuestos por Turmes y versiones, en esta ocasión de Memphis Slim, Rufus Thomas, Don Robey, Johnny Guitar Watson, Ike Turner, Magic Sam, etc. West Coast Blues, si acaso algo escorado hacia el R&B (gracias a los saxos del omnipresente “Big Daddy” Turmes y David Woodford), e incursiones en el sonido del West Side de Chicago (“That´s why I´m cryin´”), los aires de Louisiana (“I´m not ashamed”, “Who will the next fool be” ), el jazz vocal de Billie Holliday (“Stormy Blues”) y el estilo de Albert King (“Don´t Start Crying now”). La inclusión de Zach Zunis como único guitarrista, no nos hace echar de menos a los T-Birds Ramos y Fletcher, ya que nos ofrece momentos de gran altura, sobre todo cuando se inspira en Magic Sam, Guitar Slim y Albert King. Sin embargo, no podemos decir lo mismo del sustituto de Young a las teclas, Andy Kaulkin, que pasa algo más desapercibido. David Kida, a lo suyo.
A principios de 2004, Janiva trabaja en la pre-producción de un nuevo disco con su banda habitual, pero una llamada del guitarrista y productor canadiense Colin Linden, le hace desechar esta idea. Lo que este le propone, es algo radicalmente diferente a lo hecho por ella hasta la fecha: un disco de Blues tradicional y profundo, simple y directo, con una fuerte inspiración en el Country Blues sureño y en el primer Blues eléctrico de Chicago. Cuando sugiere algunos títulos (oscuros covers de JB Lenoir, Rev. Robert Wilkins, Oliver Sain, Delbert McClinton, Sam Cooke, Magic Sam) y el tratamiento que piensa darles, la Magness acepta de inmediato . Así nace “Bury him at the Crossroads” (NorthernBlues-2004) su disco más personal y sincero, donde demuestra haber alcanzado un punto culminante de madurez, que le permite enfrentarse abiertamente y por primera vez, a los demonios de su pasado, mientras la banda (Jeff Turmes-bajo, guitarra, banjo, saxo; Colin Linden-guitarras,coros; Richard Bell-piano, Hammond b-3 ; Stephen Hodges-batería y percusión), extraordinaria en todo momento, crea un ambiente opresivo, casi minimalista, que transmite una tristeza, desasosiego y por momentos desesperanza, que nos enrojece los ojos, nos amarga la boca y nos deja el vientre arañado por los guijarros, de tanto que nos arrastra.
El resultado satisface plenamente a todos los implicados en el proyecto, que deciden dar continuidad a su colaboración con un nuevo disco para NorthernBlues, co-producido nuevamente por Linden y la propia Magness y con el mismo plantel de músicos, a los que se suman la guitarra de Rick Holstrom y el teclado de John Whynot. Por así decirlo, este trabajo “Do I move you?”(2006) se situa en un punto intermedio entre “Bury him…” y sus discos anteriores, con una mayor orientación hacia el Soul (“I´m just a prisioner”, “I want you to everything”), que se hace patente con su escalofriante interpretación de la balada de Delbert McClinton “You were never mine”, aunque sin perder el acercamiento a las raíces logrado con su Cd anterior (“Don´t let your memories”, “Stealin Sugar”) ni olvidar el R&B (“Workin´on me”, “I give up”) y el Blues intenso y cargado de humo (“Do I move you?”). Para cerrar el disco y de propina, un tema cercano al Rock sureño (“A man since job”). El disco es acogido calurosamente por la crítica y resulta nominado en las categorías “Mejor Album de Blues Contemporáneo” y “Mejor Album de Blues” de la última edición de los Blues Music Awards que otorga la Blues Foundation.
La versatilidad de esta excepcional cantante, la evolución mostrada en su corta pero jugosa discografía y las buenas relaciones que mantiene con los músicos punteros del género, nos hacen augurar un gran futuro, en el que el Blues promete seguir estando muy presente. En lo personal, Janiva confiesa ser más feliz de lo que jamás creyo posible. Mantiene una buena relación con su hija (con la que se reencontró cuando esta tenía 16 años) y disfruta viendo crecer a su nieto de 5 años. Los premios y halagos la satisfacen, desde luego…pero reconoce que su éxito reside en que puede dedicarse por entero a la música que le devolvió una esperanza que le fue negada durante mucho tiempo. Y eso se nota, en muchos aspectos.
De su fuerza interpretativa en directo, de la que hay muchas y buenas referencias, podremos disfrutar en breve en el II Hondarribia Blues Festival. Yo desde luego, no pienso perdérmelo.

Pagina: http://www.janivamagness.com/

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