Ruthie Foster no tiene el cuerpo de Rihanna. Ni el glamour de Beyoncé Knowles. Ni la fama y el divismo de Janet Jackson. Difícilmente vaya a ganar un Grammy, o vender millones de discos.
Pero Ruthie Foster canta blues, soul y country traspasado de soul (que es casi lo mismo). Y lo hace con sencillez y cercanía, sin aspavientos, sin coreografías espectaculares ni una hora de maquillaje previo a cada aparición pública. Sin escotes atractivos ni parrafadas de rap entre cada estribillo. Ella sólo canta.
Y sin nada de lo mencionado antes, pero con una voz arrasadora y canciones directas y poderosas, consigue en muchas ocasiones reconciliarnos con la música, y hacernos volver a creer que es algo más que brillantes producciones o singles adictivos, que es algo más que dinero, productores estrella y Billboard.
Con influencia de la vieja escuela del soul y el blues, Ruthie Foster es una de esas artistas que no te dejan indiferente. En el momento que empiezas a oir las primeras notas de una canción, te percatas que el blues corre por sus venas y que su voz es un flujo de fuerza que te lleva a épocas pasadas, cuando los campos de algodón era trabajados en exclusividad por personas de una misma raza.
Procedente de Texas y de una familia de cantantes de gospel, su vocación musical la llevó a matricularse en la universidad en ese campo. Pero antes de su dedicación a la música, tuvo un periodo de tres años en la marina de los Estados Unidos trabajando de mecánica de helicópteros en un primer momento. Llegando a compaginar esa labor con la de cantar con una banda de la marina para público de USA, Puerto Rico e Islandia, consiguiendo juntar sus mayores deseos, la música y viajar.
Su dedicación en exclusiva para la música llegó en el año 1997, su faceta de compositora, su particular estilo híbrido de soul-blues y su voz -comparada a la de Aretha Franklin, Ella Fitzgerald e incluso a una versión femenina de Ray Charles- eran su pasaporte que la habría las puertas de par en par. ¡Y es que no hay cerradura ni llave que ponga fronteras a la música de esta mujer!. Ella es la sencillez y cercanía -carente de extrafalarias coregrafías y letras raperas entre estribillo y estribillo para enfrentarse al público-, natural como una fruta silvestre, ella sólo canta.
Ahora, tras un bagaje de más de 10 años y 5 álbums a sus espaldas, nos presenta The Truth According To Ruthie Foster. El disco se grabó en Memphis, en los legendarios estudios Ardent -habitualmente usado por Isaac Hayes y sus músicos- con parte del equipo de esta leyenda, todavía con la sangre caliente por su entierro. Con la producción de Chris Goldsmith (Blind Boys of Alabama, Charlie Musselwhite) la guitarra de Robben Ford (The Yellowjackets, Bob Dylan, Joni Mitchell), los teclados de Jim Dickinson (Rolling Stones, Aretha Franklin), al órgano Charles Hodges (Al Green, Ann Peebles) y el batería Rock Deadrick (Tracy Chapman, Ben Harper) como parte de un extraordinario equipo de músicos. La experiencia de Ruthie Foster se ha enriquecido y ha aproximado su sonido a un soul más actual, aunque la mezcla de sonidos sigue siendo abrumadora. Hay sitio para la vitalidad y ritmo del rock-blues en canciones como "Hangin on (You Keep Me)" y "Truth!", la tradición y poesía provenientes de sonidos country en "Joy on The Other Side" y "When it Dont Come Easy", la sencillez y cercanía del folk en "When it Dont Come Easy", el ritmo reggae en "I Really Love You" o la espiritualidad y el ardor de la música blues-gospel de "Tears of Pain".
Si la música es un signo de vida y de identidad humana, con este disco Ruthie Foster nos hace más humanos y nos empapa con un arco-iris de música de diferentes estilos, pero con un denominador común, una voz poderosa y soul, junto a un blues que araña y nos marca el alma.
Pagina: http://www.ruthiefoster.com/
04 mayo 2009
Ruthie Foster
Etiquetas: Ruthie Foster
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario