The Darkness fue una banda de hard rock creada en el Reino Unido por los hermanos Justin Hawkins (guitarra y voz) y Dan Hawkins (guitarra), Frankie Poullain (bajo) y Ed Graham (batería). Su primer single "I Believe in a Thing Called Love" alcanzó el número uno de las listas de ventas del Reino Unido, y su primer álbum Permission to Land, ha vendido más de cuatro millones de copias.
Han declarado estar influenciados por bandas de rock de los años 70 como AC/DC, Van Halen, Queen, T-Rex, Aerosmith y Led Zeppelin. Los tonos agudos de Hawkins se han convertido en una marca de identidad.
The Darkness ganó tres Brit Awards en 2004, incluyendo Mejor Banda, Mejor Grupo de Rock y Mejor Álbum.
La banda publicó en 2005 su segundo disco "One Way Ticket to Hell ...and Back". En mayo del 2005, Poullain abandono el grupo por diferencias musicales, siendo sustituido por Richie Edwards. En Octubre de 2006, Justin Hawkins, compositor, guitarrista y cantante, anuncia que abandona el grupo por problemas con las drogas y el alcohol, y el nuevo bajista Richie Edwards se hará cargo del micro.
Mientras, Hawkins volcará sus fuerzas en grabar un disco en solitario y hacer música para películas. En 2007 se encontró entre los seis candidatos para representar a Reino Unido en la edición del Festival de Eurovisión 2007, que tuvo lugar el 12 de mayo en Helsinki.
Historia y biografía
The Darkness (Justin Hawkins -voz y guitarra-, Dan Hawkins -guitarra-, Frankie Poullain -bajo- (ahora Richie Edwards) y Ed Graham -batería-) es la banda que ha puesto nuevamente a Londres y a todo el Reino Unido bajo el pulso del rock. La banda de Justin Hawkins ha recuperado el espíritu del rock de los 70, y con un estilo a mitad de camino entre Queen y AC/DC, se ha convertido en un auténtico fenómeno social en todo el planeta. Su disco de debut, Permission to land (2003) ha vendido más de 4 millones de copias en todo el mundo. Este grupo se ha labrado un reconocido prestigio entre los medios y el público ingleses a base de actuar en todo tipo de salas a lo largo y ancho del Reino Unido. Se dieron a conocer tras una serie de legendarios conciertos en Londres, donde demostraron, además de su buena música, su gran talento para el espectáculo. Sus recientes actuaciones en los festivales de Glastonbury y Reading fueron las más comentadas de este año.
Influenciado por los grandes del rock; de AC/DC a Thin Lizzy pasando por Queen, The Darkness demuestra con su primer álbum que el clásico formato de guitarra, bajo y batería (y un frontman espectacular como no se ha visto hace tiempo) sigue siendo capaz de emocionarnos, hacernos saltar, vibrar y confiar en el rock & roll como la música más vitalista de todas. Canciones como el primer single Growing on me, I believe in a thing called love o Get your hands off my woman entre muchas otras confirman el enorme potencial de esta banda que recupera el espíritu del mejor rock de los 70 y 80. Los miembros de The Darkness crecieron bajo la influencia de las bandas que escuchaban (Queen, Aerosmith y similares), pero pronto crearon un estilo único; sus canciones son todas himnos potenciales y resulta muy difícil no corearlas al oírlas. La esencia de The Rolling Stones, Thin Lizzy y otras grandes bandas rockeras es capturada en los himnos intensos del grupo, porque sus influencias provienen de un periodo del rock de los setenta, cuando florecieron espectaculares bandas de guitarra como AC/DC y Queen. Pero ellos entregan su música con una convincente arrogancia y un toque de ironía postmoderna.
Su sonido está enormemente influenciado por el rock clásico de los 70 y los 80, pero funciona porque lo hacen con una producción del Siglo XXI, porque nadie más ha sonado así durante mucho tiempo y porque lo hacen así sin ningún tipo de vergüenza. “Todo el mundo está muy tenso actualmente” dice Frankie, “odio la arrogancia de las bandas que piensan que sus emociones mezquinas son interesantes. Si miras a las bandas de hace 25 años, la gente tiene sonrisas en sus caras. Estamos trayendo esto de nuevo”. Una reseña de un concierto suyo señaló: “el excepcional espíritu de un grandioso y showman vocalista arquetípico vive dentro de Hawkins. Posee una fenomenal voz (en parte tipo Bon Scott, en parte Freddie Mercury y en parte Luciano Pavarotti), se jacta y posa por todo el estadio, mientras los miembros del grupo despiden energía eléctrica y ritmos vigorosos”. Otra reseña: “Verdaderas estrellas. Tan originales que pueden hacer desaparecer el aroma de apatía y de insipidez que se multiplica por nuestro país, gracias a una banda que nos dio rock con tanta fuerza que tuvimos que seguirlos”.
Permission to Land
Hace un tiempo atrás, nadie daba un peso por este grupo, a tal punto que ellos mismos tuvieron que costearse la grabación de su primer disco Permission to Land. Ahora tienen una multinacional apoyándolos y eso ciertamente ha acrecentado el mito que se está tejiendo alrededor de los hermanos Hawkins y compañía, quienes el 17 de febrero del 2004 acapararon la atención de la prensa al recibir tres estatuillas en los Brit Awards.
El disco comienza con “Black shuck”, una de las canciones más potentes del disco con un riff al más puro estilo de Angus Young. En “Growing on me”, Justin descansa un poco de los falsetes, que sólo aparecen a ratos, y resulta muy agradable escuchar como suena normalmente su voz. Luego viene el gran éxito mundial “I believe in a thing called love”, un tema pegajoso y muy entretenido, que a ratos tiene mucho de Queen. “Love is only a feeling” es una balada que tiene una melodía llena de contrastes y que se pasea por un amplio registro. Los punteos de la guitarra sobresalen mucho y eso mezclado con los coros da un resultado muy interesante. “Givin´ up”, con su cansador estribillo, y “Stuck in a rut” son los temas más débiles del disco. “Holding my own” es una clásica balada rockera. La melodía, la guitarra y los coros interactúan y se intercalan en una estructura dramática que recuerda a los mejores ejemplos del género. Una canción muy hermosa.
En suma, Permission to land, es un disco con unas armonías y un sonido muy típico del metal ochentero, guitarras que recuerdan a Kiss y AC/DC, y unos falsetes teatrales que evocan de alguna manera al incomparable Freddie Mercury.
One Way Ticket to Hell ...And Back
A diferencia de su álbum debut, mucho más excesivo y caricaturesco, este álbum se perfila como un trabajo más logrado y estructurado, pensado en cada paso de su construcción. Nos sorprende el cantante Justin Hawkins con su voz, para nada limitada, pero mucho más controlada en impulsos, ha aprendido a modularla y así controlar sus registros.
En los nuevos sonidos ahora podemos encontrar pianos y sintetizadores, o elementos menos comunes como sitares, triángulos, panderetas o un flautista peruano en la particular intro del disco.
Y es con todos estos cambios que el grupo pretende presentarse a medios y público como algo menos divertido que en su debut, y lograr así una imagen mucho más respetable, para llegar a posicionarse como una banda duradera en el tiempo.
Es decir verdad que cada uno de los temas incluidos es una gran hit en potencia. Y todo comienza con “One Way Ticket”, un específico corte con un derrumbante riff guitarrero. Y nos sorprende con el falsete operístico y muy exagerado y un estribillo simple que manifiesta la base del rock’n’roll.
El disco ha sido producido por el productor Roy Thomas Baker (Queen, The Rolling Stones, David Bowie, The Who)
La salida de Justin Hawkins
Según ha revelado el diario británico The Sun, el vocalista Justin Hawkins se ha marchado rápidamente de The Darkness tras abandonar el centro de rehabilitación para poder continuar su tratamiento contra las drogas. La banda seguirá adelante con el bajista Richie Edwards como frontman.
En una entrevista con este diario, Hawkins ha hablado sinceramente sobre su batalla con el alcohol y las drogas. Hawkins asegura haberse gastado más de 150.000 libras (unos 225.000 Euros) en cocaína a lo largo de los últimos tres años. Según Classic Rock, Hawkins le dijo a The Sun que “One way ticket to hell ...and back” (el último disco de la banda) “es, por supuesto, autobiográfico”. Hawkins comenta que “estaba consumiendo hasta cinco gramos de cocaína al día, lo que me costaba unas 1000 libras a la semana, a veces incluso más. Solía estar despierto hasta cuatro días seguidos con coca y alcohol. Afectó a cada una de mis decisiones. Todo estaba decidido en función a que debía tomar cocaína en algún momento. Pedía que fueramos los primeros en una entrega de premios para poder seguir con mis alcoholización y mi drogadicción”.
En Agosto, Hawkins canceló un festival en Dinamarca y se metió en un centro de rehabilitación. “Me metí ahí, y me deshice” ha declarado Hawkins a The Sun. Ahora Hawkins está dando los primeros pasos para su recuperación y disfrutando de una vida tranquila con su novia, Sue Whitehouse, manager de The Darkness. Respecto a su decisión de abandonar la banda, Justin ha dicho que “me siento mal por los otros chicos de la banda. Será un golpe duro. Pero es el momento para cambiar. Sería peligroso para mi recuperación seguir en la banda. No le echo la culpa a la banda de mi problema – soy un adicto. Hay gente que puede estar en bandas y mantenerse limpio, pero yo no soy uno de ellos”.
Hawkins delcaró también que tuvo en mente irse de The Darkness el año pasado antes de la gira mundial de la banda, pero que quiso seguir antes de meterse a rehabilitación. Hawkins dice que ahora se concentrará en hacer un disco en solitario y escribir música para películas.
Pagina: http://www.thedarknessrock.com/
03 julio 2009
The Darkness
Etiquetas: The Darkness
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